El debate sobre la oferta de espacio para la bicicleta a lo largo de toda la Calle 5 ha sido mantenido en el umbral del tabú urbano durante años. Si bien, en el extremo sur de la ciudad la cicloruta se implementó insertándola en el amplio y verde separador central, esto fue sólo posible gracias a que ello garantizaba que los carriles para el tráfico mixto permanecerían intactos.
El reto apareció cuando se enfrentaron a la decisión de qué hacer en aquel tramo de 5 kilómetros entre la Plaza de Toros de Cañaveralejo y el río Cali, en el cual no se disponía del amplio separador vial. La respuesta no fue otra que la del avestruz, enterrar la cabeza en la arena a la espera de que otro encarara el problema.
“En la Calle 5ta no hay espacio para la bicicleta”, ha sido el argumento estrella para evitar la discusión, pese a que dicho tramo goza de amplios carriles de 3 metros de ancho para los automóviles, coherente con lo que el dogma de algún descontextualizado manual de ingeniería de tránsito determina para una vía urbana principal. No obstante, las velocidades promedio sobre dicho tramo rara vez superan los 50 km/hora.
¿De verdad necesitamos que los carriles de la Calle 5 sean casi tan anchos como los de las carreteras interurbanas, cuando sobre esta los autos van a 50 km/hr y en las otras a 100 km/hr? La respuesta es simple, no. Este es un argumento contundente para plantear una reducción del ancho de dichos carriles y así implementar un carril-bici en la misma calzada, por fuera del andén donde deben estar sólo los peatones. Una propuesta difícil de digerir para quienes piensan que el automóvil es el rey de la ciudad.
Por suerte, la balanza se va equilibrando en favor de quienes apoyan una movilidad más sostenible.
En septiembre, el colectivo ciudadano La Ciudad Verde, con su evento nacional 'Bicis Por La Vida', dio, literalmente, el primer brochazo a lo que debería ser un carril-bici por la Calle 5, evento por el cual la Federación Europea de Ciclistas le otorgó el premio Visionarios del Ciclismo 2013.
Igualmente, el pasado 9 de Mayo y en el marco del fantástico evento 100en1Día Cali 2013, los grupos Cicloamigos y Biciarte contribuyeron al evento pintando un carril-bici en ciertos puntos de la Calle 5 como un gesto simbólico. Pero esto trascendió lo simbólico cuando, de repente, los conductores al ver el carril-bici empezaron a respetarlo, reajustando ellos mismos el espacio de sus carriles (ver imagen). A pesar de su carácter temporal, esta fue una demostración clara a nivel operativo, de que los actuales carriles para automóviles en la Calle 5 pueden funcionar perfectamente en un menor espacio, y que la presencia del carril bici no solo es necesaria sino también posible.
Por ello, cabe plantearle a Cali el siguiente reto ¿Será que entre todos, grupos ciudadanos y administración local, no seremos capaces de poner en marcha una prueba piloto del carril-bici por la quinta? Total, lo que nos hace falta para continuar es decisión política, un tarro de pintura y una brocha, pues los ciudadanos hace rato que empezamos a hacerla realidad.
Carlos Alberto González GuzmánJunio 12, 2013
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Publicado: Diario El País
Edición Impresa, Sección Entorno, Página A3 Cali, Colombia. Junio 12 de 2013
Artículo de Opinión
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